jueves, 5 de mayo de 2011

a 10.000 km

Ahora que tengo un ratito de tranquilidad mientras duerme la siesta Daniel aprovecho para contaros como ha sido este gran viaje.
Es el VIAJE en mayúsculas, el viaje de las emociones, de las buenas y de las malas, de las sensaciones, de los temores y de la tranformación en papás.

Este viaje, para mí, tan gratificante porque tengo ya conmigo lo más preciado, hace que cada vez que piense en él me venga una palabra a la cabeza: DURO. Es un viaje muy duro y para el que hay que estar muy mentalizados y preparados, no pretendo asustar a nadie, nosotros lo hemos vivido así, pero un mes fuera de tu casa, de tu familia, en un país extraño, hace que lo pases mal, que añores el más mínimo detalle que te recuerde tu casa, tu gente la comida, costumbres, en fin todo y yo que soy una blandengue, los 3 primeros días soltaba alguna que otra lagrimilla pero pensaba "pronto acabará"...

Suerte de tener a Daniel los últimos 15 días, porque aunque puedes verlo antes de sacarlo de la casa cuna, él se puso malito y estuvimos cerca de 6 días sin verlo, por lo que antes de ir a buscarlo, en total lo vimos 4 veces en 13 días...

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