jueves, 1 de noviembre de 2012

Caminando juntos, descubriendo el mundo....

Sí, lo sé…. Hace 8 meses desde la última entrada, pero es que a esta mamá le falta tiempo y cuando son las 8.30 que mi peque se acuesta no me queda tiempo más que para cenar y dormir…..

En estos 8 meses Daniel ha terminado la guardería y de repente ha aterrizado en el colegio “de los chicos mayores” como él lo llama…. Ha pasado su cumpleaños que celebramos por todo lo alto con sus amigos y familiares (tendríais que haberle visto su carita, ese día era el protagonista y estaba histérico con tanta atención) y yo, pues le regalé mi tiempo hecho un dulce: su pastel de Bob Esponja, ese que idolatra y que le encanta.
Este verano ha aprendido a nadar y bucear en Málaga (o en su “casa del pueblo”) como él la llama, y para que no añorase tanto “su pueblo” hemos traído a alguien que nos lo recuerde: nuestra gatita “Bella” con 5 semanas (ahora ya 3 meses). Es su juguete preferido, pero se encabrita como un monillo porque la gatita le huye….
Y es que Daniel es muy inquieto, muy movido, es cosa de la edad lo sé y eso me repito los días en los que la paciencia empieza a acabarse jajaja, con 3 añitos ha descubierto lo autónomo que es, se baja y sube solito de la cama, se empieza a vestir solito (cuando no te dice “estoy cansadito”), come solo y como el dice “mama es que yo ya soy un chico mayor”, hacemos pasteles, cantamos, bailamos, es fan declarado de los videos de Jennifer Lopez, se sabe un par de canciones en ingles (sí, en inglés!!).

Ay mi pequeño hombrecito, que mayor se hace y que trasto se ha vuelto. Ha sacado su genio y yo digo “que lo ha heredado de mí” es contestón y protestón y yo muchas veces tengo que esconderme porque me muero de la risa, otras veces me enfado muchísimo y empiezan las batallas y las guerras, acabamos gritando y luego dándonos besitos…. “Daniel escucha a la mama” “Daniel esto no se hace” “Daniel cuidado con la gata” “mama no quiero” “mama estoy enfadado” “mama te voy a castigar” y es que tener un hijo no es tan sencillo.

Ultimamente todo es un condicional con Daniel y así me paso todo el día, negociando con mi pequeño, haciendo trueques, pero sé que son los 3 años que tiene los que lo han vuelto inquieto, aunque estoy segura que este volcán infantil pasará en un añito más.
Yo, aun estando agotada, no lo cambio por nada, y seguiria yendo a buscarle mil y una vez a Rusia, fue el viaje más impactante y estresante de mi vida pero el más gratificante… está tan gracioso, ingenioso y cariñoso, incluso más que cuando tenía 2 años que me lo hubiera comido… ¡que bebé era!.
Bebé…. Eso es lo que me pide mi hijo ahora… un bebé… y la idea me empieza a dar vueltas en la cabeza… ¿Daniel con un hermanito/a? Mañana lo pensaré hijo mío…. ¡¡Yo hoy estoy agotada!!

lunes, 13 de febrero de 2012

¿Cuándo?

¿Cuándo creciste TAN rápido que no me dí cuenta?.....

Debió ser cuando te llamaba desde el trabajo o te iba a buscar a la guardería y comprobé que podía mantener una conversación contigo, que a tus 2 añitos y medio ya me respondías perfectamente y razonabas y me preguntabas cosas…
O tal vez debió ser cuando me veías emocionada mirarte estas navidades, viendo como todo te sorprendía, tú me acariciabas y me decías “mama… ¿qué pasa?” mientras yo sólo tenía ganas de comerte por lo guapo que eres…
O cuando le diste a Papá Noel los chupetes a cambio de juguetes…
O cuando compartimos las uvas y tu decías “mami quero suvas” y las mordisqueabas conmigo…
O fue el día de reyes cuando llegó el Rey Melchor a casa y le soltaste “¡no me he meado!” a lo que te respondió con un juguete…
O cuando hace 5 días me dijiste, “Mami Daniel no quere pañal” y te lo quité y de momento has resultado ser un campeón con sus pequeños “escapes”…

Creces tanto y tanto, mi chico, te haces tan mayor que ya siento nostalgia de verte de bebé, y que incluso a veces a ti mismo te cuesta reconocerte, y sólo hace 10 meses que estamos juntos.

Hay, Daniel, has conseguido que pasara las mejores Navidades de mi vida, has devuelto la alegría por estas fechas a tus padres… sólo pensar que hace un año me levanté el día de Navidad y me fui corriendo a tu foto a besarte llena de pesar y que este año te traje desde tu cuna a mi cama de madrugada y despertaste con nosotros enroscado en mí, ¡me eriza la piel!… porque, como ves, todo lo que deseas en esta vida llega hijo mío y aunque no siempre soy la madre perfecta que creí ser, sin lugar a dudas esta madre te quiere con locura y desea que todas las Navidades sean igual o mejores que las que acabamos de pasar.