martes, 30 de noviembre de 2010

martes, 23 de noviembre de 2010

Nuestro pequeño Daniel Aleksander



El segundo día de visita fue diferente, el día anterior yo lo pasé mal al llegar al hotel, los sentimientos, el cansancio la tensión y los nervios me desbordaron y estallé, lloré para desahogarme por que por fin tenía carita mi pequeño Daniel, ese segundo día nuestro enano nos esperaba a las ocho de la mañana ya con sus juguetitos en la alfombra de la sala de visitas... y nos recibió con una enorme sonrisa.
De repente, se levantó se puso a reír, a correr a hablar por mi móvil cuatro palabritas y a dar vueltas detrás de los juguetes y entonces miré a mi marido, el tenía la mirada tan iluminada como yo, pues nuestro pequeño nos conocía.
Le dimos galletas, y descubrimos que no conocía ni las cosquillas ni las pedorretas, y le encantaron, pedía más y más y nosotros le dábamos el capricho.
Esa horita se nos hizo más corta, y hubo un momento de tremenda ternura, tenía sueño y empezó a llorar a grito pelado y lo cogí, serena y tranquila, hasta yo misma me sorprendí, y logré calmarlo con unos abrazos y susurros que de seguida le hicieron quedarse abrazado a mí, sin llorar encajado entre mis brazos como si los conociera de toda la vida y abrazado a su osito que le habíamos traído.
Me lo llevé a un espejo, y se sorprendió, no sé si alguna vez se habría visto en uno, pero su carita decía que no y le susurré "cariño guárdate esta imagen en la memoria que pronto vendremos a buscarte, no nos olvides".
Seguimos jugando y babeando con nuestro niño y pronto vino a buscarlo la cuidadora de turno, entonces el estrenado papá que se había ganado al pequeño con sus carantoñas y galletas, nos abrazó de manera que los dos quedamos rodeados por él, y nos despedimos dándole muchos muchos besos y mimos...

Recuerdo haber llorado cuando el avión partió de Krasnoyarsk y el cansancio y agotamiento por suerte hicieron que me durmiera todo el camino, pues habíamos dormido 15 horas en 5 días...

Ahora, una semana y media después empiezo a notar que me falta un trocito para estar completa, y más ahora que conozco su carita.


La verdad es que quien diga o piense que la maternidad adoptiva es diferente o es inferior no sabe el valor que se ha de tener para dejar a tu pequeño a 10.000 km y volverte con su olor impregnado en la ropa...

jueves, 18 de noviembre de 2010

Toda una aventura....Nuestro primer encuentro


Recuerdo que cuando aterrizaba en Krasnoyarsk, cansados y emocionados pensé: "hoy va a ser el último día de mi vida que pase sin conocerte, el último día sin saber como es tu sonrisa o tu piel" y mientras contemplaba la nieve de la pista de aterrizaje sonó una "melodía desencadenada" que me hizo emocionar.... estábamos cansados sí, pero con la sonrisa encajada pues sabía que en minutos preguntaría por nuestro pequeñ@ y tendría una foto que me despejaría dudas...

Y así fue, entrecortada pregunté: "¿Sabéis algo del niñ@?" y nos dieron dos fotografías, donde apareció un precioso rubito con ojos azules que timidamente cogía una vaquita de peluche, muy pequeñito, de 17 meses recién cumplidos.... recuerdo que la primera impresión fue tan buena que, a oscuras en el coche sólo podía gesticularle a mi marido y vocalizarle "cariño pero mira que preciosidad" "¿has visto?" "Dios Gracias" y la emoción me pudo pero no lloré... el cansancio, el frío y el sueño pasaron a un desconocido segundo plano que no recordaba antes, ahora estaba nuestro pequeño por encima de todo...

Recuerdo tocar la fotografía mil veces mientras estaba en el hotel, donde nos habían dado 3 horas para ducharnos, descansar, desayunar y partir hacia la casa cuna. Pero Dios, ¿quien podía dormir? no hacía más que mirarte a la cara, y decir: "sí pequeño, soy tu mamá, por fin te conozco, no sabes cuanto ha merecido la pena esperarte". Mi marido, aunque es menos expresivo que yo sentía lo mismo, bromeábamos con los parecidos, el es moreno y yo rubia, así que yo ganaba.

Nos tomamos un café que nos sentó como un tiro y fuimos en tu búsqueda con -5 grados bajo cero y una estampa navideña preciosa. Recuerdo estar nerviosa, tener una necesidad latente de conocerle, de tocarle y más ahora que ya conocía su carita y sabía cositas de él.

Y llegamos a nuestro destino, de repente entre tantos bloques grises adornados por mantos de nieve, se encontraba una casita blanca reformada con un vallado pintado en azul celeste y allí estabas tu.

Después de hablar con la directora y comentar su historia nos preguntaron si queríamos ver al pequeño, a lo que nosotros dijimos rápidamente que ¡¡¡sí!!!!

Y te esperamos....

Y en cinco minutos se nos llenó de alegría la vida, entró entre tímido y asustado, mientras se ayudaba a caminar de la directora del centro, y se me tiró a los brazos, y allí estaba yo, de rodillas en el suelo para recibirlo, sonriendo, pero llorando de alegría por dentro, no me lo creía. Lo senté en mis rodillas, y nerviosa busqué un cochecito, pues el me miraba asustadito, haciendo pucheros pero sin llorar y parecía decirme con sus ojitos azules: "ahora qué?" y sentí un pánico tremendo por ver que entre mis brazos tenía una vida que iba a depender solo de nosotros, que esa vida era tan pero tan pequeña y frágil.... Pero el pánico se convirtió en ternura y conseguí que sonriera mientras le acariciaba la carita y hacía un millón de tonterías, me olvidé por completo de todo el mundo y solo me importó mi pequeño y en pocos minutos ya fuimos cómplices. Mi marido se acercó más tarde, y entre caricias, juguetes y pompas de jabón pronto se lo ganó. He descubierto que mi marido es un padre muy muy tierno.

Así pasamos la hora y cuarto que nos permitieron estar a los tres juntos. En esa hora te hicimos reir, casi llorar, jugar, caminar, y eran tan bonita la imagen de nosotros tres que con solo mirarnos mi marido y yo nos decíamos "es el nuestro ¡es el nuestro! no puede ser más bonito y dulce".

el previo a nuestra historia

He tardado en crear esta entrada y explicar todo lo que hemos vivido hace una semana por un motivo: miedo. Hasta que ayer la doctora no dió su aprobación médica tras conocer al pequeño Daniel para la adopción no quería crearme ilusiones.

Hoy todo es una realidad, desde anoche a las 19.35 exactamente, el cielo se ha abierto para mí, y digo para mí porque mi marido estaba seguro que todo estaría perfecto pero yo quería asegurarme antes de gritar que ¡NADA EN ESTE MUNDO NOS HACE MAS FELIZ QUE TU!

Por eso ahora puedo contar con pelos y señales recordando cada beso, cada olor y cada mirada nuestras escasas 2 horas y media juntos...

Gracias por leerme

martes, 2 de noviembre de 2010

6 días para partir hacia tí...


Hoy es martes, y quedan 6 días para estar volando hacia tí, y nos parece increible que por fín se acorten los días...


Intento recrear la película de nuestro encuentro y puedo verte jugando tras las pompas de jabón que te lance tu padre y tocando las luces del tambor... puedo escuchar una risa, e incluso el flash de mi cámara dísparándose sin parar para guardar, entre instantáneas, los escasos momentos que nos dejan compartir junto a ti y que, tras conocerte nos darán las fuerzas necesarias para esperar el "juicio" dichoso y que vengas definitivamente a tu casa.


El próximo lunes estaremos en Moscú y, justamente a estas horas, el martes estaremos volando hacia Krasnoyarsk y yo con las maletas por hacer.....


Hoy he comprado unas galletitas especiales para bebé, me las llevaré para sobornar tu inocencia y que no nos tengas miedo, pues sólo vamos a quererte el resto de nuestros días.


No sé si podré entrar hasta entonces a mi blog, pues mi tiempo lo dedicarás al 100% mientras estemos a muy pocos metros conociéndonos.


Sólo pido que todo salga bien...