Estas Navidades han sido muy intensas, porque desde la distancia nuestro pequeño ha sido el protagonista sin saberlo y le han llovido regalos por todos los sitios: nos han llenado la casa de juguetes, el Trio Caga Tió-Papá Noel- Reyes Magos se acordaron de nuestro pequeño y le dejaron una moto para llevarlo a pasear con su casco, un camión con coches, un coche teledirigido, un lego enooorrrme, etc etc etc.
Pero más me han regalado a mí, me han regalado palabras, sentimientos, sonrisas, gestos esos pequeños detalles que parecen no decir nada pero que dicen mucho de cada persona. Es sencillamente hermoso ver como sus 5 primas saben donde está su primo, algunas lo sitúan en el mapa y hasta pronuncian Krasnoyarsk tan bien como nosotros. Otras, las más pequeñas me dicen que ¡porque no voy a por su primo ya! y yo las miro y sonrío pues no podría explicarles fácilmente y ellas tampoco entenderían la burocracia, ellas solo entienden del corazón.
Hemos visto presidir la foto de nuestro enano en las casas de tus abuelos, tíos y amigos y me siento feliz, me paran por la calle y me preguntan mis vecinos, mis clientes del despacho, todos desean que llegue el día en que se abra la puerta de entrada del aeropuerto y aparezca él en nuestros brazos.
No veo el momento de la llegada...
Mientras sigo llenando de color nuestra casa, y con prisas, pues Desiré fue a conocer a su pequeño 15 días antes que nosotros y el día 8 de febrero tiene el juicio, así que el nuestro no tarda en salir y de ahí la demora en escribir en el blog, estoy acabando la habitación de nuestro Daniel, os colgaré una foto pronto.
Saludos y, aunque con retraso Feliz Año 2011